lunes, 5 de enero de 2009

Kreschaty (marzo 2008)

Paseos por la ciudad (6)

La calle principal de Kiev, que algunos comparan con los Campos Eliseos parisinos es Kreschaty. Yo creo que todas las ciudades acaban comparándose con París. Al menos recuerdo dos que sus habitantes definen como “el pequeño Paris”: Budapest y Ourense. Y lo de Ourense, M, no sé porqué.

Kreschaty es, pues, una gran avenida de entre uno y dos kilómetros que une la Filarmónica, donde escuchar conciertos de música clásica, con el Arena City, una especie de centro de entretenimiento que a mi me parece el lugar más caro de la ciudad, con un centro comercial para la jet donde, si quieres comprar algo, lo más barato es el sueldo mensual de un o una dependienta.

Años atrás había unas cuantas librerías bien abastecidas, pero los tiempos han cambiado, ya no se imprimen los clásicos del marxismo-leninismo y la nueva literatura son las tiendas de moda y los cafés con terrazas para el verano. Son caras. Una vez me senté en una de ellas con Yulia y cuando pedimos las consumiciones la regañaron por no pedir lo más caro: total, ¿qué más daba?, estaba claro que iba a pagar yo, el viejo tonto jineteado por una jovencita.

A cambio florecían los castaños alrededor. Y está a punto de abrir Zara y de volver a florecer los castaños.

Era una calle que destrozaron en la segunda guerra mundial. No acabo de tener claro si se la tuvieron que cargar los rusos cuando avanzaba el ejército nazi para retrasar el avance de los tanques alemanes o si fue al revés y fueron los invasores los que lo destrozaron. En cualquier caso se ha reconstruido bastante bien, entre 1976 y 1980, guardando los equilibrios de tamaño entre calzada, aceras y edificios. Lo cierran al tráfico los fines de semana y es una gozada pasear por la carretera.


En medio está la plaza de Maidan de la que ya os he hablado. Y al final, al lado del Arena City, está un mercado, un RINO, donde además de los habituales puestos de frutas, verduras y flores, venden caviar. De dos tipos, rojo, huevas de salmón, y negro, el esturión de toda la vida. No hay precio fijo, aunque a veces sí aparece alguno escrito en cartelitos pero es para disimular y comenzar el regateo. El caviar negro está carísimo para un nativo así que imaginaros par un “guiri” al que hay que sacarle los dólares. Pero bueno, si tienes paciencia y caradura puedes pasearte por los puestos e ir probando diversas variedades, sin comprar ninguna.

El metro comenzó allí en 1960 y allí estaba también la tienda para turistas, el SUM o algo así, reconvertida hoy en Corte Inglés de estética de los sesenta.

Por debajo, además del metro, se estableció después una gran superficie de tiendas de todo tipo. Un kilómetro de consumismo subterráneo.

Y por la calle hay puestecitos donde venden bebidas y bocadillos o entradas de teatro. A veces ponen un escenario y toca algún grupo, otras veces los músicos son ambulantes y callejeros y ponen la gorra. Ya he comentado que los jóvenes la recorren de arriba abajo, como si fuese la calle mayor y los fines de semana de calor me gusta ver el bullicio. No me agobia la gente y las chicas son tan, tan rubias. Como tú.

1 comentario:

  1. Qué bueno!! pasear un ratillo por tu blog es como hacerlo de nuevo por Kiev.. que ya te digo que apetece... y no sólo por las rubias!!!

    Un abrazo,

    Eduardo.

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