Hoy, domingo, hay elecciones parlamentarias y las encuestas dicen que todo va a quedar como estaba. Con una ligera ventaja de los “prorusos” frente a los “naranjas”. Aquí llaman prorusos al Partido de las Regiones del primer ministro Víctor Yanukovich, al Partido Socialista y, jopé, que no aprenden, al Comunista. Los “naranjas” supuestamente son más demócratas y occidentales pero están bastante divididos. Parecen sacados de un cuento infantil pues tienen su princesa naranja: la primera ministra Yulia Timoschenco, la de las trencitas, y su Presidente envenenado, Yuschenko, al que en los chistes llaman Shreck.El conflicto entre prorusos y europeístas, en verdad, parece existir. Ya Kapuzinsky hace quince años comentaba:
“Simplificando mucho las cosas, puede decirse que existen dos Ucranias: la occidental y la oriental. La occidental, la antigua Galitzia, territorio que formaba parte de la Polonia de entreguerras, es más ucraniana que la oriental. Sus habitantes hablan ucraniano y están orgullosos de sentirse ucranianos hasta la médula. Aquí se ha conservado el espíritu nacional, la personalidad y la cultura del pueblo. La situación es muy distinta en la Ucrania oriental, con un territorio más grande que el de la occidental. En ella viven más de 13 millones de rusos de pura cepa y por lo menos otros tantos semirusos; aquí la rusificación fue más intensa y brutal, aquí Stalin asesinó a casi toda la inteligencia. En los años 1932-1933 Stalin condenó a morir de hambre a varios millones de campesinos ucranianos y mandó fusilar a docenas de intelectuales. Se salvaron aquellos que habían huido al extranjero. La cultura ucraniana se ha conservado mejor en Toronto y en Vancouver que en Donietsk o Jarkov.”
A mi estas cosas de las identidades que acaban convirtiéndose en un problema de símbolos[1] me deprimen cuando no me aterrorizan pero parece que no pueden eludirse porque describen uno de los problemas centrales que airean los medios de comunicación. ¿Existe un proyecto de país que pueda llamarse Ucrania o una parte es polaca, otra rusa y otra genuinamente cosaca y ucraniana?
La economía, como siempre al final aparece el viejo Marx, es lo que constituye la mayor diferencia entre el Este y el Oeste. El problema no está solo en que la población del Este de Ucrania mantenga fuertes tendencias prorrusas[2]. La principal diferencia radica en que el Este es la zona más industrializada, mientras que el Oeste es una región agraria.Y es que Ucrania, ¿cómo España?, es policéntrica, un fenómeno poco típico del espacio postsoviético. A excepción, quizás, de Lituania (Vilnius-Kaunas) y Kazajstán (Astaná-Almaty) que también presentan una situación parecida. Todas las demás repúblicas de la antigua URSS son monocéntricas. La policentricidad ucraniana es mayor pues, aparte de Kíev, el país tiene importantes centros regionales como Dniepropetrovsk, Lvov, Járkov. Se trata de mundos aislados que están representados por fuerzas independientes en política y que rivalizan los unos con los otros.
Los problemas nacionalistas sirven, como siempre, para enmascarar y distraer de los conflictos económicos y los problemas reales de las gentes. Por ejemplo, los problemas derivados de la “diferenciación de sus condiciones de vida”. No sé si en estas elecciones se está criticando o discutiendo de que en un polo se agrupan los ricos, cada vez más ricos, y en el otro, los pobres, cada vez más pobres. Como en cualquier lugar donde el nivel de vida es bajo, los contrastes deberían verse de una manera particularmente dura, cruda y desafiante pues se trata de un capitalismo o pseudocapitalismo, en su forma más primitiva, agresiva e implacable. Pero me temo que se discute de símbolos y banderas. Como por allá.
Alexander Iskandarián, director del Instituto Caucasiano de los Medios de Comunicación, y “proruso”, afirma que “no hay ni asomos de ideología, de discusión sobre el modelo de administración del país, ni de debates en torno a la OTAN o del Espacio Económico Unificado[3]. ¿De qué OTAN se puede hablar si son los acaudalados, cuyos capitales están encubiertos de un enigmático velo y que constituían la base del régimen estructurado por Leonid Kuchma[4], crearon el peor modelo de Estado corporativo y están saqueando a su población ingenua que a duras penas comprende su responsabilidad por el futuro del país? Escinden a Ucrania al socaire de un enfrentamiento de supuestos políticos.”
Pues eso. En los periódicos leeréis quien ha ganado.[1] Aquí como en España y sus guerras de banderas, de selecciones deportivas y demás chorradas[2] Hasta un disidente como Alexander Solzhenitsyn no puede ocultar su alma imperial rusa cuando al hacer público el proyecto del Estado que según él debería sustituir a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (“Como reorganizar Rusia”) propone que el futuro Estado se componga de Rusia, Bielorrusia, Ucrania y el Kazajstán del norte. Devolvamos el resto, añade, porque “no tenemos fuerzas para la periferia”.[3] Equivalente al antiguo Mercado Común Europeo pero centrado en Rusia y países vecinos[4] 1er presidente tras la caída de la URSS. Antiguo Presidente del Soviet Supremo de Ucrania

El trabajo del Cónsul me parece complicadísimo y, si me apuran, hasta inconstitucional. Y seguro que tiene que ver con las intromisiones de la exministra de sanidad en la sacrosanta vida privada de las personas. (Esta frase parece que me la ha dictado MA). Porque preguntémonos ¿quién es un gobierno para entrar en las razones por las que dos adultos se casan? O más aún ¿qué matrimonio no es de conveniencia? Porque les conviene con la familia, porque les renta con los impuestos, porque consiguen la pensión, porque se lo montan con los regalos de boda, por lo que se ahorran en el piso, porque les dan quince días de permiso en el trabajo…


Lo de la reina de Inglaterra a lo mejor me lo he inventado pero en alguna película he visto eso de despedirse de los reyes sin darles la espalda. Me imagino que es porque si te dabas la vuelta te apuñalaban. O te sodomizaban y robaban. Es lo que tienen las iglesias que me ponen burro.
Decía Kapuscinski: “Al mundo lo amenazan tres plagas, tres pestes.
Sobre la embajada, o mejor sobre sus alrededores, también corren rumores de corruptelas: que si hay que pagar para conseguir cita, que si hay que pagar para que te den visado… Alrededor del consulado hay variados buitres haciendo negocio de la necesidad ajena y cobrando por guardar puesto en la cola, por traducir documentos, por hacer gestiones. Ponen su tenderete delante de la embajada y a cobrar.
Y qué decir de las elecciones municipales donde parece que hay una competición sobre quien ha robado más o menos. O de los amigos de Aznar, que parecen del politburo soviético, enriquecidos gracias a que se les puso al frente de las compañías privatizadas. Igualito que aquí.
No sé si es exagerado decir que el grado de civilización de los pueblos se mide por el respeto a los “pasos cebra”, pero seguro que algo tiene que ver. Por lo menos, con el respeto a los demás. Yo, en Ginebra, cruzaba varias veces, en una y otra dirección, el mismo” paso cebra” solo por el gusto de verles frenar. Los latinoamericanos no podían ni creérselo. Les parecían lelos los ginebrinos.
Cuando llego a la embajada el guardia ucraniano se cuadra. Sonrió. Si hay gente mirando, pobres, pacientes, esperando en la cola y nerviosos por lo que consideran arbitrariedad de los dioses, me siento uno de ellos. De los dioses.
Antes de venir, A. me había dicho que también había un espía y que no se escondía pero el de aquí o no existe o sí se esconde. A veces pienso que soy yo y que estos informes llegan directamente al CNI donde están valorando darme una condecoración. Empieza uno disfrutando con los saludos militares y acaba reclamando medallas. Joder, que peligro.
¨Sí. Ya sabía yo que aquellas noches


En la ribera de enfrente hay una especie de playa, extensa y extendida, donde retozan los ciudadanos de Kiev. El agua no debe ser muy recomendable, por sucia, pero para tomar el sol, y aquí hemos tenido treinta grados desde hace semanas, debe estar bien.
Y, sorpresa, casi no sigo la prensa española. He pasado de devorar el periódico todos los días a consultarlo en Internet y guardar algunos artículos de opinión que luego olvido leer. Que lejos el ruin de Rajoy o el tonto de Simancas. Pero sé que podemos ser campeones de liga y, a pesar de Capello y el presidente, me hace ilusión volver a la Cibeles. ¿No era este el año de los siete trofeos del Barsa? Je, je, je.






También es casualidad, MA sé que lo has pensado, que sea de Valladolid. ¿Estaremos gafados?
Os adjuntofotos que me envía mi hermano. Como no podía ser menos puesto que compartimos algunos genios y genes, él también coquetea con alguna rubita y hasta ha conseguido que pierdan la cabeza por él.