sábado, 1 de noviembre de 2008

mis mujeres imposibles

Fui a la Filarmónica con la poli. Adivinar la compañía debía ser fácil para quienes me conocen un poco. Saben que yo no soy nadie sin el lenguaje. Y es verdad. Yo soy de los que descubrieron sin problemas el punto G de las mujeres.

Está en el oído. Así que necesito el lenguaje. Pero en este caso el asunto fue más sencillo. En la embajada le dieron dos entradas y andaba buscando compañía, estando yo delante frente al ordenador comunal. Porque no os lo he dicho todavía pero no tengo línea propia para Internet o el correo electrónico y he de bajar a Secretaría donde hay un puesto colectivo. Allí estaba yo enviando estas crónicas cuando Rocío, se llama así, como la humedad de los campos al despertar, Rocío, digo, después de dos o tres llamadas buscando socio me miró y me dijo: “Tú no querrás ir, ¿verdad?

En ese mismo momento me hice melómano (“memomano” lo soy desde hace tiempo).

Naturalmente, llevaba dos semanas fuera de España, me cautivó. Una poli simpática, culta, melómana, desenvuelta, sin complejos, guapa. Me cautivó. Eso no quiere decir nada. Esa misma tarde-noche también me cautivó una violinista de rasgos orientales, hermoso cuello y largos dedos Y una chelista de cabellos rizados. Yo es lo que tengo, que como no soy yanquee he nacido para ser cautivo.

La muy madero no me hizo ni caso. No es que eso me desanimase mucho porque yo soy de carreras de fondo y si algo defiendo del marxismo es que el “sexo es para quien se lo trabaja”. Pero me comentó que se vuelve a Valladolid en tres semanas y eso sí que es un obstáculo insalvable, Valladolid no, las tres semanas. Ya lo he explicado antes, que yo soy corredor de fondo y necesito tiempo para seducir. Ahora, en la soledad del apartahotel, imagino las cosas que podríamos haber hecho con su uniforme, su porra, sus esposas y su canesú. También es casualidad, MA sé que lo has pensado, que sea de Valladolid. ¿Estaremos gafados?

Rocío me explicó que hay operas con frecuencia y que son baratas. Que tienen una buena cultura musical de base y grandes concertistas. La creí. La hubiera creído cualquier cosa.

Al día siguiente conocí a Ira. Morena y chiquita era mi tipo. Expliquémonos. Hay gente mal pensada que piensa que yo no tengo tipo, que me gustan todas. Y sin dejar de tener algo de razón, yo soy un hombre afortunado que sabe encontrar la belleza en todas las mujeres, debo de reconocer que las muñequitas me pierden.

A Ira, todavía no sabía que se llamaba Ira, la encuentro por la mañana frente a la catedral de San Vladimir. La miro y, puesto que no tengo nada mejor que hacer, la sigo durante 200 metros por si he conseguido, iluso de mí, captar su atención.

Obviamente no se da la vuelta ni una sola vez, no cruza su mirada conmigo en ningún momento y yo desisto. Sigo fotografiando cúpulas. ¡Uy!

Casualidades del destino, la vuelvo a encontrar por la tarde, cerca del cibercafé que frecuento algunas veces. Vuelvo a mirarla seductoramente. Pero, ¿quién me habrá dado esperanzas de que con mi mirada de miope consiga algo?

Ella está parada y yo sigo andando. Y, milagro de san vladimiro ulich ulianov, alias lenin, no he dado ni 10 pasos y esta a mi lado, hablándome.

Me quito el mp3 y veo que me tiende una tarjeta con unas chicas desnudas, un numero de teléfono y un rotulo. Mahon. Estoy a punto de murmurar, “NEIN, spasiva,” cuando veo que me tiende otro papelito hecho a mano, como un posit, donde junto al teléfono de un móvil escrito a bolígrafo dice Ira. Decido escuchar: se ofrecía a enseñarme el tal Mahon pero si ahora yo no podía me dejaba su teléfono personal por si quería que me lo enseñara otro día. Me como el nein y le contesto en inglés, como ella me había hablado. “Thank you very much; you are so kind”.

Y me voy al apartahotel a devorarme de impotencia.

En el MP3 Pedro Guerra canta:

“Esa chica baila y se acaricia, se acaricia,
sabe ser amable y ser actriz,
sabes que ese nombre no es su nombre
pero a quien le importa ese matiz.
Todo lo que siempre deseaste, deseaste,
todo lo que buscas estas allí.
Y nadie pregunta si viene o si va,
si vas a quedarte, si luego te iras.
La chica que baila te invita a soñar
y bailan tus sueños detrás del cristal
y bailan tus sueños detrás del cristal

Sabes que ese nombre no es su nombre,
sabes que no es gratis la función,
sabes que ella miente y no te importa, no te importa,
se acaricia y nunca habla de amor.

Ella es la mujer de tus deseos
con los ojos verdes como el mar.
A ella no le importa si eres feo, si eres feo,
si tu pagas ella bailará.

Y nadie pregunta si viene o si va,…

En la calle todo es tan difícil
nunca pude hacer lo que sentí
y las chicas corren y se esconden, y se esconden,
y se van tras lo que nunca fui….

Y nadie pregunta si viene o si va …”






Os adjuntofotos que me envía mi hermano. Como no podía ser menos puesto que compartimos algunos genios y genes, él también coquetea con alguna rubita y hasta ha conseguido que pierdan la cabeza por él.

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